El tercer entrenamiento del baloncesto que es invisible y muchos ignoran
- El Profe Henry

- 25 sept
- 3 Min. de lectura

Dicen que en el baloncesto hay tres tipos de jugadores: El que entrena solo el físico, el que entrena solo la técnica y el que entrena los dos, pero se olvida de entrenar la cabeza. Ese jugador, aunque parezca listo para todo, tira al aro con miedo y sin confianza, como si supiera que probablemente va a fallar.
La verdad es que la fortaleza mental es el tercer entrenamiento del baloncesto invisible que muchos jóvenes basquetbolistas ignoran y es el único que de verdad marca la diferencia entre un buen jugador y una leyenda del juego.
¿Qué es la fortaleza mental?
La fortaleza mental es la capacidad de mantener la calma, la concentración y la confianza aunque la presión sea enorme. No significa que nunca sientas nervios, sino que aprendes a manejarlos para que no controlen tu juego.
En pocas palabras, la fortaleza mental es como un escudo invisible que protege tu talento para que reluzca en los momentos más difíciles.
La lección del espejo roto
Imagina que en el camerino hay un espejo roto que aunque te peines o te acomodes, nunca vas a ver tu cara completa.
El espejo simboliza la fortaleza mental de cómo te ves a ti mismo como jugador, cómo interpretas tus emociones, tus errores, tus decisiones.
Cuando ese espejo está roto, es decir, cuando la mente está desordenada, insegura o llena de ruido interno, el jugador no puede ver su verdadero potencial y aunque se haya preparado físicamente y técnicamente, no podrá reconocerse como el jugador que realmente es.
Cuando la presión del juego domina
Un juego cerrado en los últimos segundos puede sentirse como un volcán dentro de tu cabeza, porque el miedo a fallar grita más fuerte que toda la hinchada del equipo rival.
Así lo vivió un joven jugador de secundaria en Puerto Rico. La final estaba en juego, y al pararse en la línea de tiros libres, expresa que sus manos temblaban como si llevara un terremoto por dentro.
El secreto que le salvó fue haber practicado respiración controlada en entrenamientos como parte de su rutina de calentamiento. Por lo tanto, ese pequeño hábito le dio la calma necesaria para encestar el punto decisivo.
La pregunta que deberías hacerte
¿De qué me sirve conocerme si no actúo con esa confianza cuando llega el juego?
Respuesta del Sabio Baloncesto
En Santiago 1:23-24 se dice: "Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, es semejante al hombre que se mira en un espejo que se ve a sí mismo, pero al irse, se olvida de cómo era."
El versículo nos recuerda que la verdadera transformación no ocurre solo al escuchar o reflexionar, sino al vivir lo que hemos entendido. En el baloncesto, eso significa que la fortaleza mental no se queda en el entrenamiento invisible, sino que se manifiesta en cada decisión, cada reacción y en cada jugada.
Mini-reto práctico
En tu próximo entrenamiento, haz este reto:
Antes de cada tiro libre, respira profundo 3 veces.
Visualiza la pelota entrando.
Suelta el balón solo cuando sientas calma en tu mente.
Hazlo 10 veces seguidas. Verás cómo la confianza empieza a pegarse a ti como sudor en los últimos minutos del cuarto.
Recuerda que el físico gana partido, pero la mente gana campeonatos.
Ahora dime: ¿Has vivido un momento en la cancha donde tu fortaleza mental marcó la diferencia?
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