Por qué se ignora el entrenamiento mental en baloncesto
- El Profe Henry

- 1 oct
- 3 Min. de lectura

Muchos equipos de básquet eligen jugadores como si estuvieran haciendo compras. Por ejemplo:
“Este salta bien – Lo tomamos”
“Este tira bien – Lo tomamos”
“¿y este? Mmm, se pone nervioso bajo presión. - Mejor no.”
La cruda realidad es que muchos equipos y organizaciones operan bajo la premisa de que es más eficiente reclutar a jugadores que ya poseen la fortaleza mental mínima requerida que invertir tiempo y recursos en desarrollarla en aquellos que no la tienen.
Creen que el tiempo es un recurso escaso que debe dedicarse a las estrategias, a las bandejas, los crossovers y a la condición física.
Esto es un error monumental, tanto, como construir un rascacielos con cimientos de gelatina.
¿Por qué se ignora el entrenamiento mental en baloncesto?
Eficiencia
La creencia de que 9.5 horas son para técnico y físico y que la mentalidad se resuelve con una charla motivacional de 5 minutos antes del partido.
Percepción como secundario
El entrenamiento mental se percibe, erróneamente, como algo secundario cuando, en realidad, es el músculo invisible que determina la fiabilidad y el éxito a largo plazo de un jugador.
Falta de Medición
Es más fácil medir la mejora en el salto vertical o el porcentaje de tiros de campo que el incremento en la resiliencia o la autoconfianza.
Recomendación para entrenadores y padres
Reservar 15 minutos de cada práctica para ejercicios de visualización, respiración o control del diálogo interno.
Incluir preguntas reflexivas post-juego:
"¿Qué aprendiste hoy de ti mismo más allá del marcador de juego?"
Incorporar un coach mental o mentor al staff del equipo. A veces, lo que un jugador necesita no es más repeticiones en la cancha, sino un espacio para trabajar su confianza y manejo emocional.
Pregunta que deberías hacerte
¿Estoy formando a mi hijo o deportista para que sea un encestador o para que se levante cada vez que falle?
Respuesta del Sabio Baloncesto
"Los que compiten en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarlos. ¡Y lo hacen para obtener un premio que no dura mucho! Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre." - 1 Corintios 9:25 TLA
El premio que no dura mucho es el físico que se desgasta y la habilidad técnica que fluctúa. En cambio, el premio que dura para siempre es el carácter, la disciplina y la templanza mental, el cual es el motor invisible que garantiza que, incluso cuando el cuerpo falle, el espíritu de lucha se mantenga.
No dejen de entrenar la mente, porque ese es el premio que dura para siempre.
Mini desafío
En el próximo entrenamiento, antes de comenzar:
Pide a cada jugador que cierre los ojos 60 segundos.
Que se visualicen entrando a la cancha con seguridad, respirando profundo, con la cabeza en alto.
Luego, que griten juntos el nombre del equipo con energía.
Verás cómo cambia la actitud desde el inicio.
"La mente no se ve, pero define lo que se ve en la cancha".
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